Vamos a comenzar, a inaugurar con esta entrada una serie de pequeñas e íntimas entrevistas a algunos y algunas de las que participan en la vida de nuestra Parroquia. El planteamiento es fácil: se trata de que cada uno de los entrevistados nos dé algunas pistas sobre su experiencia. No es cuestión de adoctrinar, lo que se busca es que cada uno y una ponga a la luz su propia experiencia.
Comenzamos pues, con la experiencia de Marian y de Ana. En el caso de Marián, nos comienza diciendo para presentarse, que es una persona "sincera, honesta, [...que es... ] persona ante la comunidad". Ana, también granadina, destaca la fundamental vinculación con su familia y sobre todo con sus hijos a los que "considera el motor de mi vida. Y tengo una hermana que es mi base de apoyo". Además, "soy una persona extrovertida y bastante comunicativa".
Ambas llevas más de un año entre nosotros. Y llegaron hasta la Parroquia para colaborar en alguna actividad concreta, pero les enganchó la posibilidad de ayudar a otras personas más necesitadas con la labor humanitaria que desarrolla Cáritas. Ni que decir tiene que esta necesidad de ayudar supone la experiencia fundamental del ser humano, una experiencia de fraternidad, de solidaridad con los que más necesitan, y más en esta época en la que "los pobres son cada vez más pobres", que nos dicen tantos documentos eclesiales y tantas crónicas en los periódicos e informativos.
La actividad en la que se incardinan tanto Ana como Marián, son los Talleres Parroquiales. En ellos, un grupo de voluntariAs (¿para cuando los voluntariOs?) se dedican a desarrollar su creatividad confeccionando recuerdos, muñecas, cajas,... para poder venderlas y ayudar al sostenimiento económico de Cáritas y su Acción Social, una acción que se ocupa de aquellos que más necesitan sin contar con colores, razas o procedencias.
¿Nos queda algo por hacer? Para Marián, abrirnos a los más pequeños, ocuparnos de animarles y educarles en campamentos, actividades culturales,... Y Ana considera necesario mantener las puertas abiertas para que, quien quiera ayudar, sepa donde encontrarnos. Esta apertura, tanto Ana como Marián la valoran muy positivamente, personalizando en D. José María, el párroco, y en Carmen Puerta, alma, junto a otras almas para que no se enfade, de esta Parroquia de San Pío X, su agradecimiento por su capacisdad de trabajo y anuimación de la vida parroquial.
Vamos terminando, aún nos queda material sobre el que trabajar, pero tampoco es cosa de agotarlo todo a las primeras de cambio.
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